Desde hace algún tiempo, solemos subir a la montaña (con el correspondiente permiso del ayuntamiento de nuestro pueblo) para recoger piñas y maderas muertas.
Aunque solemos comprar algo de leña de buena calidad en un almacén de leña cercano, la verdad es que cogerla de la naturaleza directamente es un buen motivo para salir de casa y tomar el aire, a la par de hacer algo de ejercicio.
Hemos probado distintas formas de cortar leña (siempre necesitaremos leña de distintos calibres o tamaños, y la leña fina es imprescindible sobre todo al principio cuando empieza a agarrar el fuego, pero la leña gruesa dura más tiempo ardiendo y da un poquito más de brasa) y después de algunos aciertos y muchos errores, creemos que es bueno compartir nuestra experiencia para evitar que otras personas cometan los mismo errores que nosotros.
Nosotros comenzamos cortando leña con una sierra curva de jardinería:

Y es la primera recomendación que podemos hacer, es una compra casi obligada, son ligeras y se manejan a una sola mano lo que permite usar la otra para sujetar la madera a cortar. Son de hoja rígida por lo que no se doblan en el corte, pero es importante verificar que el filo esté compuesto por dos filas de dientes contrapuestas (dentado japonés).

De esta manera es mucho más fácil cortar ramas ya sean verdes o secas. A la hora de comprar una sierra de este estilo, os recomiendo que la cojáis de mango fijo y no plegable. En nuestra experiencia hemos visto que las sierras plegables están orientadas a ser más ligeras y compactas y para ello sacrifican robustez, la parte móvil sufre mucho y la hoja tiende a ser más fina. En el caso de las fijas, tenéis mango de madera o de plástico, eso ya va en gustos.
Personalmente busco tres características:
- Tamaño (cuanto mayor sea el tamaño de la sierra mayor será el tamaño de la leña que pueda cortar. Nosotros tenemos una de 35cm y va bien).
- Precio (no me compensa gastarme un dineral, quiero una herramienta de buena calidad, pero no quiero pagar mangos ergonómicos de materiales ultra-sofísticados cuando una sierra de 20, 30 o 40 euros me hace el mismo servicio que una de 300. Habrá profesionales que tengan que usar la sierra diariamente durante horas y aprecien la diferencia, sinceramente no es mi caso)
- Robustez (no me sirve una sierra que me haya costado 5€ y a la segunda rama se me parta en las manos y me deje tirado).
Para comprar este tipo de sierras recomiendo pasar por una gran superficie de herramientas tipo Leroy, Brico Depot o semejantes, seguro que tienen variedad, aunque en las ferreterías o invernaderos/viveros tampoco es raro encontrarlas. Creo sinceramente que es preferible tenerla en las manos y poder hacernos una idea clara del tamaño, peso, y solidez de la sierra para hacernos a la idea del tamaño de las ramas que podremos cortar. Aún así en la imagen de arriba tenéis un enlace para comprar en Amazon la que veis en la imagen.
Pasado algún tiempo, nos dimos cuenta de que había ramas gruesas que no podíamos cortar con la sierra de mano, y probamos con la Sierra de arco:

Nosotros tenemos dos de diferentes tamaños, una de tamaño medio que mide 55cm y una más grande de 95cm, pero en nuestro caso la compra de estas sierras ha sido un error. Estas sierras están pensadas para madera verde, madera que no esté hinchada por la humedad, pero nosotros únicamente podemos recoger madera del suelo del bosque, y en la época húmeda del año, por tanto siempre es madera que está hinchada por la humedad. Lo que nos ocurría al intentar usar la sierra es que la madera hinchada atrapa muy fácilmente el filo de la sierra, y aunque utilicemos cuñas para ir separando la madera la tarea se vuelve muy lenta y tediosa. Además nos solía ocurrir que el corte siempre se desviaba, dependiendo de cuanto se hubiera hinchado la madera por cada parte de la rama, nos pasaba que aunque en una cara del tronco estuviera el corte recto, en la cara opuesta se iba torciendo, esto hace que como la hoja no va recta sino que se va torciendo, la madera atrapa la cuchilla de la sierra y no la deja avanzar. Nosotros no recomendamos el uso de este tipo de sierras, aunque dependerá del tipo de madera y el estado de la misma, nosotros hemos trabajado siempre con madera de pino muerta que se ha caído en el suelo, y lo habitual es que esté algo hinchada por la humedad, por eso siempre tenemos que dejarla secar unos días después, no es lo ideal y desde luego en cualquier leñera te venden madera mejor y en mejor estado, pero es gratis y hacemos deporte.
Después de las malas experiencias que hemos tenido con las sierras de arco, probamos con un hacha que nos regalaron, era pequeñita y estaba un poco mal, pero después de cambiar el mango y afilarla nos hace muy buen servicio, tiene un filo de unos 11cm, mide 42 cm y pesa unos 900gr (el mango actual es algo más largo que el anterior). Con ese tamaño permite manejar a una mano para cortar ramas pequeñitas y también a dos manos para cortar troncos algo más gruesos. Usando el hacha nos dimos cuenta de que aquí ya importaba poco que la madera estuviera algo hinchada por el agua, de hecho, cuando se hincha es más fácil que profundice el hacha y se cortan mejor los troncos.
Es importante destacar que es bastante más peligrosa el hacha que la sierra, porque el hacha corta a base de golpes, y es muchísimo más propensa a accidentes. En cualquier caso, recomiendo siempre buscar asesoramiento, leer libros (hay manuales muy útiles sobre el uso del hacha, en los libros de BoyScout’s y manuales semejantes), mantener despejada el área de corte de partes de nuestro cuerpo, por ejemplo, si vamos a cortar una rama en un lado del tronco, lo ideal es colocar las piernas al otro lado del tronco, para que no podamos darnos en la piernas o pies en caso de fallar, y si vamos a cortar un tronco, podemos separar las piernas para que en caso de fallar el golpe el hacha pase entre las piernas sin golpearnos.
Finalmente un consejo que creo que es importantísimo aplicar siempre, cuando estéis cansados de cortar con hacha, parad y descansad. No merece la pena seguir dando hachazos si estamos cansados, el corte con hacha requiere técnica, no es cuestión únicamente de fuerza y si estamos cansados fallaremos golpes haciendo que sean inservibles y teniendo que volver a levantar el hacha lo que aumenta el cansancio, es un círculo vicioso que suele acabar siempre en accidente, ya sea porque se entumecen los brazos por la fuerza al agarrar y los golpes o porque se nos cansan los brazos y los hombros y podemos golpearnos a nosotros mismo con el hacha.
Por supuesto no debe haber nadie delante ni detrás en muchos metros, porque si el hacha se escapa puede ir hacia atrás al levantarla o hacia delante al bajarla. Además es recomendable que no haya nadie en unos 5 metros a la redonda porque suelen saltar astillas.
Con el hacha pequeña nos fue bastante bien, pero teníamos un problema, cuando el tronco era de más de 30 cm, el hacha se queda pequeña porque al intentar cortar en la parte inferior del tronco, nos golpeamos en la mano con la parte superior. La solución a esto fue coger un hacha algo más grande. Nuestra última adquisición tiene unos 12 cm de filo, mide 70 cm de largo y pesa 1,600 Kg más o menos, con ella es mucho más fácil cortar leña gruesa, al ser más larga y pesada, permite golpear con más fuerza (también es más fácil fallar el golpe, hay que tener mucho cuidado) y por tanto cortar troncos con menos golpes lo que evita que nos cansemos tanto, además los troncos algo más gruesos ya no representan un problema.

Una vez cortados los troncos, los dejamos secar durante unos días, y una vez se van abriendo las grietas en la madera, los rajamos con maza y cuña. La madera gruesa es mejor que la fina cuando el fuego ya está bien asentado porque da más calor como decíamos antes, pero si el tronco es muy grueso es complicado que el fuego agarre bien, por eso los abrimos.
En nuestro caso no es necesario, pero si los troncos fueran más gruesos, podría ser más interesante el uso de sierras para dos personas o sierras de tronza:

Estas sierras tienen el filo algo más grueso que las sierras de arco que vimos antes y también mucho más alto, lo que evita que se pueda doblar la sierra, pero su uso no es nada sencillo y son herramientas bastante caras, por lo que no creo que sean interesantes para un uso «familiar»
Aparte de los métodos manuales de cortes, también se puede usar maquinaria lo que simplifica la tarea y la hace mucho más liviana.
Existen en el mercado varios tipos de motosierras:
- Eléctricas
- De batería: Útiles para podar pequeñas ramas, fáciles de manejar y ligeras, al no depender de cable son muy versátiles, pero tienen el filo corto y la batería acusa el paso del tiempo.
- De cable: Útiles para podas esporádicas en jardines domésticos, tienen el filo mucho más largo que las anteriores lo que permite cortar troncos y ramas más gruesos, pero dependen de un enchufe y hasta ahora no he encontrado ningún pino a 220v en el bosque 🙂
- De Gasolina: Las motosierras de gasolina tienen distintos tamaños y pesos, dependiendo del uso que se le quiera dar las hay más cortas y ligeras (serían las ideales en nuestro caso) o más largas y pesadas más orientadas a un uso profesional. Hay una variante de éstas que son las motosierras de gasolina para corte en altura, que vienen con un mástil para cortar ramas de árboles, en nuestro caso no interesan porque por regla general cortaremos siempre en el suelo, aunque lógicamente depende de la situación de cada uno.
Pienso que si la madera va a ser el método principal de calefacción merece la pena recibir la formación adecuada e invertir en una motosierra de gasolina, aparte de valorar la opción de adquirir un pequeño remolque para el transporte de la leña, pero tened presente que la leña necesita secarse por regla general, sobre todo si recogemos leña de podas y talas tendrán que secar durante unos meses (mejor un año) dependiendo del tipo de madera que sea. Además hay gente que también usa una astilladora para partir los troncos cortados en piezas más manejables y más fáciles de quemar.
En nuestro caso la madera la usamos para ahorrar algo de calefacción (Caldera de Gas Natural + Radiadores) y por el propio placer de tener la chimenea encendida, además de que también disfrutamos subiendo a recoger y cortar leña al monte.
Aparte de eso, las motosierras me parecen muy ruidosas, peligrosas (aunque hoy en día han evolucionado y ya no son tan propensas a accidentes como antes) y caras, por lo que prefiero usar herramientas manuales.